La vida no es más que un tejido de hábitos.
Henry F. Amiel
Tu cuerpo es templo de la naturaleza y del espíritu divino. Consérvalo sano; respétalo; estúdialo; concédele sus derechos.
Henry F. Amiel
Un error es tanto más peligroso cuanta más cantidad de verdad contenga.
Henry F. Amiel
El tiempo no es sino el espacio entre nuestros recuerdos.
Henry F. Amiel
No niego los derechos de la democracia; pero no me hago ilusiones respecto al uso que se hará de esos derechos mientras escasee la sabiduría y abunde el orgullo.
Henry F. Amiel
Vivimos mientras nos renovamos.
Henry F. Amiel
El destino puede seguir dos caminos para causar nuestra ruina: rehusarnos el cumplimiento de nuestros deseos y cumplirlos plenamente.
Henry F. Amiel
La crítica convertida en sistema es la negación del conocimiento y de la verdadera estimación de las cosas.
Henry F. Amiel
La verdadera humildad consiste en estar satisfecho.
Henry F. Amiel
Toda necesidad se calma y todo vicio crece con la satisfacción.
Henry F. Amiel
Sin pasión, el hombre sólo es una fuerza latente que espera una posibilidad, como el pedernal el choque del hierro, para lanzar chispas de luz.
Henry F. Amiel
El hombre se eleva por la inteligencia, pero no es hombre más que por el corazón.
Henry F. Amiel
El cielo, el infierno y el mundo entero, está en nosotros.
Henry F. Amiel
Mil cosas avanzan. Novecientas noventa y nueve retroceden. Esto es el progreso.
Henry F. Amiel
Si existe algún conflicto entre el mundo natural y el moral, entre la realidad y la conciencia, la conciencia es la que debe llevar la razón.
Henry F. Amiel
Hacer con soltura lo que es difícil a los demás, he ahí la señal del talento; hacer lo que es imposible al talento, he ahí el signo del genio.
Henry F. Amiel