Es más fácil juzgar el talento de un hombre por sus preguntas que por sus respuestas.
Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada.
Es más fácil soportar la muerte sin pensar en ella, que soportar el pensamiento de la muerte.
Es mil veces más fácil no decir lo que pensamos en un momento de ira, que disculparnos después.
Es muy fácil perdonar a nuestros enemigos cuando no tenemos los medios de aniquilarlos.
Es tan fácil hacer sufrir a un ser que nos ama, tan fácil, que ni siquiera puede ser divertido.
Hay una teoría infalible sobre la amistad: siempre hay que saber qué se puede esperar de cada amigo.