Enterradme y dejad que descanse bajo el vasto y estrellado cielo. Gozoso viví y gozoso muero.
Eran verdes como un mar, con reflejos de alto cielo. ¡Qué bien sabían mirar! unos ojos que recuerdo.
Hay dos clases de virtudes: las que hacen ganar el cielo y las que hacen ganar la tierra.
Hay más cosas en el cielo y en la tierra, que todas las que pueda soñar tu filosofía.
La imaginación abre a veces unas alas grandes como el cielo en una cárcel grande como la mano.
La ostra enferma porque lleva la perla, y tu da gracias al cielo que te ennoblece con el dolor.
La vida es muy rápida; hace que la gente pase del cielo al infierno en cuestión de segundos.