Nunca lleves tus mejores pantalones cuando salgas a luchar por la paz y la libertad.
Algunos de los mejores regalos de Dios son las plegarias sin respuesta.
Cerezos en flor y recuerdos de seres queridos. Todos tan lejos de aquí.
Ciertos recuerdos son como amigos comunes, saben hacer reconciliaciones.
Cómo decir, amor, en qué momento te rompes dulcemente entre las manos, sin quejas, sin recuerdos, sin arcanos y tal vez sin temor ni sufrimiento.
Con buenas palabras y mejores hechos, conquistaras el mundo entero.
Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.
Cuando joven, de ilusiones; cuando viejo, de recuerdos.
De las cosas que tienes, escoge las mejores y después medita cuán afanosamente las hubieras buscado si no las tuvieras.
Decía Sócrates que los dioses eran los mejores y más bienaventurados entre todas las cosas y que el hombre que a la semejanza de ellos se comportaba en el vivir, cuanto más era semejante, más bienaventurado y mejor era. Si como dijo dioses dijera Dios, no habría más que decir.
El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos.
El dolor tiene un gran poder educativo; nos hace mejores, más misericordiosos, nos vuelve hacia nosotros mismos y nos persuade de que esta vida no es un juego, sino un deber.
El humor es una de las mejores prendas que se pueden vestir en sociedad.
El mayor artista es aquel que en la suma de sus obras ha incorporado el mayor número de sus mejores ideas.
El ser humano es bueno cuando hace mejores a los otros.
El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores.
El tiempo no es sino el espacio entre nuestros recuerdos.
El trabajo y la lucha llaman siempre a los mejores.
En los mejores días del arte no existían los críticos del arte.
En mis labios los recuerdos. En tus ojos la esperanza. No estoy tan solo sin ti. Tu soledad me acompaña.
Es curioso este juego del matrimonio. La mujer tiene siempre las mejores cartas y siempre pierde la partida.
Guarda los buenos recuerdos para los malos momentos y escucha... Apuntate a la vida, a decir lo que sientes, a sentir lo que vales, a soñar lo que quieres y a saber que te sobra con tener lo que tienes.
Hace algún tiempo persiguen tus recuerdos mis caminos y sudan bajo el sol, tras mis talones los días más felices ya vividos.
Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay otros que luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay quienes luchan toda la vida, esos son imprescindibles.
Hay personas silenciosas que son mucho más interesantes que los mejores oradores.