...Para mí, era el pan, era la nieve; ya la nieve no es blanca, el pan no sabe a nada.
Aunque seas tan casto como el hielo y tan puro como la nieve no escaparás de la calumnia.
El daño que hacemos no nos trae tantas persecuciones y odios como nuestras buenas cualidades.
Estar en paz consigo mismo es el medio más seguro de comenzar a estarlo con los demás.