La caridad comienza en mi casa, y la justicia en la puerta siguiente.
La caridad comienza por nosotros mismos, y la mayoría de las veces acaba donde empieza.
La descomposición de todo gobierno comienza por la decadencia de los principio sobre los cuales fué fundado.
La dignidad comienza donde la jactancia acaba.
La educación de una persona comienza dieciocho años antes de su nacimiento.
La enfermedad comienza, generalmente, esa igualdad que la muerte completa.
La enfermedad y los desastres van y vienen como la lluvia, pero la salud es como el sol que ilumina el pueblo entero.
La fe comienza donde termina el orgullo.
La libertad comienza donde nace lo maravilloso.
La lluvia en invierno Muestra lo que los ojos ven Como si fuera cosa antigua.
La lluvia le dijo al viento: Empuja tú que yo azoto y tánto hirieron el soto que de las flores altivas, doblegadas pero vivas, yo sentía el sufrimiento.
La lluvia moja las manchas del leopardo pero no se las quita.
La lluvia no se queda en el cielo.
La luna a todo correr las cimas de los árboles detienen la lluvia.
La moda comienza y termina siempre por las dos cosas que más aborrece: la singularidad y la vulgaridad.
La música se empieza a atrofiar cuando se aleja demasiado del baile. La poesía se comienza a atrofiar cuando se aleja demasiado de la música.
La paciencia comienza con lágrimas y, al fin, sonríe.
La paz comienza con una sonrisa.
La quietud fuera de la lluvia una mariposa vaga en mi alcoba.
La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la paz.
La risa es como los limpiaparabrisas. Nos permite avanzar, aunque no detenga la lluvia.
Las noches de los hombres de antes Fueron iguales a las mías Esta noche de lluvia fría.
Lluvia de otoño. Las hortensias se deciden por el azul.
Lluvia de pétalos. Agua de neblinas lejanas quisiera beber.
Lluvia de primavera; ¡pobre de aquel que nada escribe!.