La razón no se sometería nunca, si no se juzgase que hay ocasiones en que debe someterse.
La única convicción auténtica que habría que tener es que nada se debe tomar demasiado seriamente.
La vida no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada.
La vida sería imposible si todo se recordase. El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse.
La voz de uno nunca debe estrangular los pensamientos propios ni ahuyentar los ajenos.
Matar es una estupidez. Nunca debe hacerse nada de lo que no se pueda hablar en la sobremesa.