No se debe juzgar a los hombres por su fisonomía, sobre todo, sin ponerlos a prueba.
No se debe juzgar a un hombre por sus cualidades, sino por el uso que hace de ellas.
No se debe usar el desprecio sino con gran economía, debido al gran número de necesitados.
Para hacer la paz, se debe ser un líder sin intereses. Para hacer la paz, uno debe comprometerse.
Para que el amor sea verdadero, nos debe costar. Nos debe doler. Nos debe vaciar de nosotros mismos.
Por conservar la libertad, la muerte, que es el último de los males, no debe temerse.