Parece probado que en la vida se triunfa gracias a tres factores: la salud, la inteligencia y el carácter, añadamos un cuarto factor; un poco de suerte.
Personalmente, yo solía creer en la reencarnación, pero eso era en una vida anterior.
Podemos creer que todo lo que la vida nos ofrecerá mañana es repetir lo que hicimos ayer y hoy. Pero, si prestamos atención, percibiremos que ningún día es igual a otro. Cada mañana trae una bendición escondida; una bendición que solo sirve para este día y que no puede guardarse o desaprovecharse. Si no usamos este milagro hoy, se perderá. Este milagro esta en los detalles de lo cotidiano; es preciso vivir cada minuto porque allí encontramos la salida de nuestras confusiones, la alegría de nuestros buenos momentos, la pista correcta para la decisión que ha de ser tomada. No podemos dejar nunca que cada día parezca igual al anterior porque todos los días son diferentes. Presta atención a todos los momentos, porque la oportunidad, el “instante mágico”, esta a nuestro alcance.
Por eso no es suficiente hablar sobre la paz. Uno debe creer en ella, y ésta no es suficiente en lo que creer. Uno debe trabajar en ello.
Puedo creer lo imposible pero no lo improbable.
Quiero creer que voy a mirar este nuevo año como si fuese la primera vez que desfilan 365 días ante mis ojos.
Si haces creer a la gente que están pensando, te adorarán; pero si las haces pensar, te odiarán visceralmente.
Si le ves los dientes al león, no vayas a creer que te esta sonriendo.
Si nos atrevemos a creer en la vida eterna, a vivir para la vida eterna, veremos cómo la vida se torna más rica, más grande, libre y dilatada.
Si pudiera exaltar tus bellos ojos y en frescos versos detallar sus gracias, diría el porvenir: "Miente el poeta, rasgos divinos son, no terrenales".
Si ser egomaníaco significa creer en lo que hago y en mi arte o música, entonces respeto que me llames así. Creo en lo que hago y lo diré.
Si vas a creer todo lo que lees, mejor no leas.
Siempre cree en aquello con que logra mejor hacer creer.
Sin el hombre, no hay dios. Pues sólo el hombre puede ser tan vanidoso, para creer que para él se hizo todo el universo.
Sólo cuando los hombres aprenden a rezar empiezan a creer.
Soy ateo gracias a Dios.
Tan malo es no creer a nadie como creer a todos.
Te costaría creer lo mucho que hablamos del futuro de la sociedad. En mi opinión, es casi seguro que, en un lapso de tiempo más o menos grande, será regida como un colegio. Los vigilantes legislarán. Todo el mundo irá de uniforme. La humanidad dejará de emplear barbarismos en sus temas insípidos; pero, ¡qué estilo más jodido veremos! ¡Qué ausencia de gracia, de ritmo y de vuelo!.
Tener ego significa creer en tu propia fuerza. Y también estar abierto a la visión de otra gente. Es estar abierto, no cerrado. Por tanto, si, mi ego es grande, pero también es muy pequeño en algunas áreas. Mi ego es responsable de hacer lo que estoy haciendo -bien o mal.
Todos los problemas tienen la misma raíz: el miedo, que desaparece gracias al amor; pero el amor nos da miedo.
Trabajar en el cine era vergonzoso, era lo más despreciable. Gracias a Dios se inventó la televisión.
Un hombre es la suma de sus desdichas. Se podría creer que la desdicha terminará un día por cansarse, pero entonces es el tiempo el que se convierte en nuestra desdicha.
Una de las supersticiones del ser humano es creer que la virginidad es una virtud.
Una mente crédula encuentra el mayor deleite en creer cosas extrañas y, cuanto más extrañas son, más fácil le resulta creerlas; pero nunca toma en cuenta las que son más sencillas y posibles, porque todo el mundo puede creerlas.
Una vez curados de la locura de creer que el artista crea por razones de belleza; una vez que se ha reconocido que sólo la necesidad le obliga a producir lo que quizá designaremos luego como belleza entonces es cuando se comprende que la inteligibilidad y la claridad no son condiciones que el artista necesita para instalarlas en la obra de arte, sino condiciones que espectador espera ver satisfechas.