Un amor que pregunta, si es virtud o es pecado, la fuerza que lo agita, eso es el amor soñado.
Una virtud nunca puede subsistir aislada; siempre ha de hallarse protegida por otras virtudes.
Vuestra virtud es vuestro propio ser, y no nada ajeno a vosotros; es piel y disfraz.
Yo honro con el nombre de virtud a la costumbre de realizar acciones penosas y útiles a los demás.
Yo no tengo la culpa de que la vida se nutra de la virtud y del pecado, de lo hermoso y de lo feo.