El dolor, la amargura, las sombras el aliento en huida, la muerte luego la luz que de repente vino y tú fuiste marcando sus aristas celestes ante el asombro alegre de mis ojos.
El hombre a quien el dolor no educó siempre será un niño.
El hombre es un aprendiz y el dolor es su amo.
El mas acerbo dolor entre los hombres es el de aspirar mucho y no poder nada.
El sexo, el dolor y el amor son experiencias límite del hombre. Y solamente aquel que conoce esas fronteras conoce la vida; el resto es simplemente pasar el tiempo, repetir una misma tarea, envejecer y morir sin saber realmente lo que se estaba haciendo aquí.
El tiempo sólo asoma en la desdicha y así la memoria sólo es el registro del dolor.
El verdadero dolor es el que se sufre sin testigos.
El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor.
En algún lugar del alma se extienden los desiertos de la pérdida, del dolor fermentado; oscuros páramos agazapados tras los parajes de los días.
En el dolor hay tanta sabiduría como en el placer; ambas son las dos grandes fuerzas conservadoras de la especie.
En la misma forma adoramos a Dios y al Doctor, pero sólo cuando estamos al borde del dolor. Al retornar la salud, la paga es pareja: A Dios se lo olvida y al Doctor se lo deja.
En la sombra, lejos de la luz del día, la melancolía suspira sobre la cama triste, el dolor a su lado, y la migraña en su cabeza.
En mi dolor envidio al mendigo. En mi felicidad no envidio al rey.
En nuestra felicidad vivimos. En nuestro dolor observamos la vida.
Es la vida un dolor en que se empieza el de la muerte, que dura mientras dura ella.
Es sincero el dolor del que llora en secreto.
Es tan claro el camino que hasta causa dolor.
Estoy ardiendo, ahora sí que estoy ardiendo, de dolor y de vergüenza porque jugué con tu fuego y se me ha ido de la piel a lo más hondo tu terrible quemadura.
Estudia las frases que parecen ciertas y ponlas en duda.
frases de desamor
Hay un cierto egoísmo en lo que escribo, siempre quejándome del calor, el hambre o el dolor que siento, pero es terriblemente importante tener autentificado lo que escribo porque ha sido vivido.
Igual virtud es moderarse en el gozo que moderarse en el dolor.
Inexplicable angustia, hondo dolor del alma, recuerdo que no muere, deseo que no acaba.
La belleza, como el dolor, hace sufrir.
La búsqueda de la alegría es más importante que la necesidad del dolor.