Afortunado el hombre que se ríe de sí mismo, ya que nunca le faltará motivo de diversión.
Ahondaré en ti mismo y abrasará tu sangre el fuego de la mía rebelde y soñadora.
Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.
Alguna vez en la vida volveré por esa senda, haciendo el mismo camino entre tu rancho y la acequia.