La memoria es como una red: uno la encuentra llena de peces al sacarla del arroyo, pero a través de ella pasaron cientos de kilómetros de agua sin dejar rastro. .
La noticia que a través de los sentidos adquirimos de las cosas exteriores, aunque no sea tan cierta como nuestro conocimiento intuitivo, merece el nombre de conocimiento.
La palabra "creencia" es algo difícil para mí. No creo. Tengo que tener una razón para una cierta hipótesis. O bien sé una cosa, y luego, sé que no necesito para creer.
La paz en la tierra, suprema aspiración de toda la humanidad a través de la historia, es indudable que no puede establecerse ni consolidarse si no se respeta fielmente el orden establecido por Dios.
La religión es el reconocimiento del hombre mediante un rodeo, a través de un mediador.
La única forma posible de que perduren valores tales como la confianza y la prudencia, es a través de un estrecho contacto.
La única manera de ser seguido es correr más deprisa que los demás.
La verdad es como el agua filtrada, que no llega a los labios sino a través del cieno.
La verdad es compleja, pero a lo complejo sólo se llega a través de lo simple.
La vida es fascinante, sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas.
Las cosas se descubren a través de los recuerdos que de ellas se tienen. Recordar una cosa significa verla por primera vez.
Las leyes son como las telas de araña, a través de las cuales pasan libremente las moscas grandes y quedan enredadas las pequeñas.
Lo más humano que existe es el saber, no hay cosa más humana, y nosotros ya no sabemos nada. Creo que éste es un hecho fundamental en nuestra vida.
Lo que no sé, tampoco creo saberlo.
Lo que no tenemos lo encontramos en un amigo. Creo en este obsequio y lo cultivo desde la infancia. No soy en ello diferente a la mayor parte de los seres humanos. La amistades la gran liga inicial entre el hogar y el mundo. El hogar, feliz o infeliz, es el aula de nuestra sabiduría original pero la amistad es su prueba.
Los hombres construyen puentes y tienden vías férreas a través de desiertos, y, no obstante, sostienen con éxito, que coser un botón es tareas superior a ellos.
Los ojos no pueden ver bien a Dios, sino a través de lágrimas.
Me gusta estar con vos, me está gustando es más, creo que sin vos se angosta el espacio y falta aire en rincones íntimos.
Me gusta extraviarme a mí mismo a través de otras mentes. Cuando no estoy pensando, estoy leyendo. Soy incapaz de sentarme y ponerme a pensar. Los libros piensan por mí.
Ningún dios ha sido más adelantado que la época que lo creó.
No creo en dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en dios, no lo necesito y además soy buena persona.
No creo en la casualidad ni en la necesidad; mi voluntad es el destino.
No creo en la llamada de la sangre. La sangre no hace hermanos ni hijos. Conozco hermanos de sangre y padres e hijos que no se hablan o no se respetan.
No creo en la muerte, porque uno no está presente para saber que en efecto ha ocurrido.
No creo en los Beatles; no creo en Elvis; no creo en mantra; no creo en Zimmermann; no creo en la biblia; no creo en Jesús: sólo creo en mi, en Yoko y en mí