En cada amanecer hay un vivo poema de esperanza, y, al acostarnos, pensemos que amanecerá.
En cada casa cuecen habas, y en la nuestra a calderas.
En cada casa, un solo amo.
En cada costera, mucho se espera.
En cada encrucijada del sendera que lleva al futuro, la tradición ha colocado diez mil hombres para custodiar el pasado.
En cada legua hay un pedazo de mal camino.
En cada niño nace la humanidad.
En cada perla de rocío tiembla mi región natal.
En cada pétalo que cae Las ramas del ciruelo Envejecen.
En cada tierra su uso, y en cada casa su costumbre.
En cada uno de nosotros hay un artista, un amante y un guerrero.
En cada villa, su maravilla.
En cierto sentido, el misterio de la encarnación se repite en cada mujer; todo niño que nace es un dios que se hace hombre.
En cuanto a mis discípulos, yo digo que cada uno se las arregle. Si escriben como yo, peor para ellos. Deberán saber que mi principal estilo es haber estudiado. De no haberlo hecho, no estaría haciendo lo que hago, lo que hice. Porque todos creen que hacer un tango moderno es hacer ruidos, es hacer cosas raras y no, ¡no es eso!. Hay que profundizar un poco, ver que todo lo que yo hago esta muy elaborado. Si yo hago una fuga a la manera de Bach, siempre va a estar tanguificada.
En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.
En el momento de elegir lo que se va a crear, cada cual se basa en sus propios sentimientos, pues ningún análisis puede, en este campo, ser exacto o determinante.
En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa.
En Guatemala, cada veinte años, retrocedemos veinte.
En la humanidad nada acaba del todo; cada cosa se detiene para volver a empezar.
En la sabiduría recolectada con los años he encontrado que cada experiencia es una forma de exploración.
En la utopía de ayer, se incubó la realidad de hoy, así como en la utopía de mañana palpitarán nuevas realidades.
En las hierbas nueva El sauce Olvida sus raíces.
En Nueva York hay, según dicen, noventa iglesias cristianas de confesión discrepante, y la ciudad se está volviendo ahora riquísima, sobre todo desde la apertura del canal del Erie. Probablemente están convencidos de que las ideas y los sentimientos religiosos, sean del tipo que sean, forman parte de la paz dominical, mientras que el esfuerzo y la actividad, acompañados de piadosas intenciones, corresponden a los días laborales.
En realidad las cosas verdaderamente difíciles son todo lo que la gente cree poder hacer a cada momento.
En resumidas cuentas, en este mundo, cada cual consigue lo que se merece. Pero sólo quienes alcanzan el éxito lo reconocen.