Dice hecatón: te descubriré un modo de provocar el amor sin filtro magico, sin hierbas, sin ensalmos de hechicera: si quieres ser amado, ama.
Dile que no recuerde y dile que no respire, amor, sin respirarme.
Dime cómo te diviertes y te diré quién eres.
Dime con quien andas, y te diré quien eres.
Dime lo que crees ser y te diré lo que no eres.
Dime lo que lees y te diré quien eres, eso es verdad, pero te conoceré mejor si me dices lo que relees.
Dime qué comes y te diré quien eres.
Dime quién te admira y te diré lo que eres.
Dios es la plenitud del cielo; el amor es la plenitud del hombre.
Dirigidos a una sola persona, y mutuos, caritas y amor, dan un matrimonio feliz.
Donde hay amor, hay dolor.
Donde hay celos hay amor, donde hay viejos hay dolor.
Donde hay fe hay amor, donde hay amor hay paz, donde hay paz esta Dios y donde está dios no falta nada.
Donde hay matrimonio sin amor, habrá amor sin matrimonio.
Donde no hay celos no hay amor.
donde termina el amor empieza el disgusto
Dulce amor el alcanzado con dificultades.
Dulce eres, como la tierra, como ella frutal y hermosa.
Dulce y triste, como un amor sobrecogido por largos suspiros de lo profundo de un sauce poco a poco va saliendo la luna.
Dura es la ley de amor, pero por dura que sea, hay que obedecerla, pues la tierra y el cielo por ella están unidos desde el fondo de las edades.
El ajedrez demanda concentración total y amor por el juego.
El alma que anda en amor, ni cansa, ni se cansa.
El amor , administrado por la vigilancia, es el único modo seguro de felicidad y gobierno entre los hombres.
El amor a la patria es más patente que la razón misma.
El amor a la patria no conoce fronteras ajenas.