Todos los pueblos del mundo que han lidiado por la libertad han exterminado al fin a sus tiranos.
Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del gobierno. Es defensor de su libertad.
Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla.
Uno puede defenderse de los ataques; contra el elogio se está indefenso.
Yo desprecié los grados y distinciones. Aspiraba a un destino más honroso: derramar mi sangre por la libertad de mi patria.
Yo he preferido de hablar de cosas imposibles porque de lo posible se sabe demasiado.
Yo soy siempre fiel al sistema liberal y justo que proclamó mi patria.
El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia.
Llueve. Y el agua cae sin relieve sobre las piedras, ávidas de lluvia. Aquí en mi corazón, cómo remueve; aquí en mi corazón, cómo diluvia.
. . . Y sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.
A las mujeres les gusta sobre todo salvar a quien las pierde.
A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: ¿qué tono tiene su voz? ¿qué juegos prefiere? ¿le gusta coleccionar mariposas?, pero en cambio preguntan: ¿qué edad tiene? ¿cuántos hermanos? ¿cuánto pesa? ¿cuánto gana su padre?. . . Solamente con estos detalles creen conocerle.
A veces los árboles se rompen sobre el peso de sus propias frutas.
Aburrirse en el momento adecuado es signo de inteligencia.
Afronta tu camino con coraje, no tengas miedo de las críticas de los demás. Y, sobre todo, no te dejes paralizar por tus propias críticas.
Alguien dijo: "hay dos personas sobre las cuales nunca he reflexionado a fondo: es el testimonio de mi amor por ellas".
Allí donde la vida levanta muros, la inteligencia abre una salida.
Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender.
Ante cualquier desavenencia no caigamos en el error de dudar o bien de su inteligencia, o de su buena voluntad.
Antes de casarme tenía seis teorías sobre el modo de educar a los niños. Ahora tengo seis hijos y ningún teoría.
Antes, por cinco marcos, el mismo Freud te trataba. Por diez, te trataba y te planchaba los pantalones. Por quince marcos, Freud permitía que tú le tratarás a él y eso incluía una invitación a comer.
Aprendamos a darnos con amor sincero a nuestro prójimo, solo así podremos nuestros pies sobre la Tierra.
Aquél que no perdona a otros, destruye el puente sobre el cual él mismo debe pasar; porque todos los hombres necesitamos ser perdonados.
Aquí estoy, desnuda, sobre las sábanas solitarias de esta cama donde te deseo.
Aunque sólo existiera una verdad única, no se podrían pintar cien cuadros sobre el mismo tema.