Lo bueno necesita aportar pruebas; lo bello no. El mejor cosmético para la belleza es la felicidad.
Lo que se necesita para conseguir la felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado.
Los sueños pueden ser realidades. Son lo que nos guía por la vida hacia una gran felicidad.
Mi felicidad consiste en que se apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo.