El hombre debería decir siempre mucho más de lo que pretende y pretender mucho más de lo que dice.
El hombre se cree siempre ser más de lo que es, y se estima menos de lo que vale.
El honor que se vende, aunque se dé muy poco por él, siempre se paga más de lo que realmente vale.
El ladrillo me estaba hablando siempre, me decía estás perdiendo una oportunidad. . .
El mal es vulgar y siempre humano, y duerme en nuestra cama y come en nuestra mesa.
El mejor consejo lo da siempre la experiencia, pero siempre llega demasiado tarde.