...Para mí, era el pan, era la nieve; ya la nieve no es blanca, el pan no sabe a nada.
Aunque seas tan casto como el hielo y tan puro como la nieve no escaparás de la calumnia.
La maravilla de un solo copo de nieve supera la sabiduría de un millón de meteorologistas.
No debes quejarte de la nieve en el tejado de tu vecino cuando también cubre el umbral de tu casa.