El carpintero hábil no se hace torpe para poder ser imitado por cualquiera de sus ayudantes.
Es preciso que los hombres conozcan el mal para poder evitarlo y entregarse a la práctica del bien.
La riqueza es un poder usurpado por la minoría para obligar a la mayoría a trabajar en su provecho.
Los ancianos gustan de darnos buenos preceptos para consolarse de no poder darnos malos ejemplos.
Nunca subestimes el poder de las palabras para aliviar y reconciliar las relaciones.
Para poder enseñar a todos los hombres a decir la verdad es preciso que aprendan a oirla.