El mejor recurso de nuestros días para ahorrar en mano de obra es 'mañana'.
El momento correcto para empezar no es mañana o la próxima semana, sino ahora.
El único límite para nuestra comprensión del mañana serán nuestras dudas del presente.
Cuando Dios te da un don, también te da un látigo, y el látigo es únicamente para autoflagelarse.
Las tristezas no se quedan para siempre cuando caminamos en dirección a lo que siempre deseamos.
...Para mí, era el pan, era la nieve; ya la nieve no es blanca, el pan no sabe a nada.