(...) he releído (por tercera vez en mi vida) todo Spinoza. Este "ateo" ha sido, en mi opinión, el más religioso de los hombres, puesto que no aceptaba más que a Dios.
-Un pequeño cambio positivo puede cambiar tu día entero o tu vida entera.
...para mí la vida no comenzó hasta el día en que te vi.
...pues él no quiere más que mi muerte. Y yo no quiero más que mi vida.
A los niños nadie les enseña algunas cosas indispensables, como arreglar una llave que gotea, sobornar a un funcionario o cortarle el pelo al perro.
A más de uno que dice que la vida es breve le parece el día demasiado largo.
A menudo, el dinero le da opciones, pero no necesariamente añade valor a su vida.
A nadie cuesta más que a aquel que mucho desea.
A nadie ha hecho rico el cultivo del ingenio.
A nadie le amarga un dulce, aunque tenga otro en la boca.
A nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad.
A nadie se le dio veneno en risa.
A nadie te pareces, desde que yo te amo.
A perdonar sólo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho.
A pesar de no ser nunca el definitivo, el primer amor perdura para toda la vida.
A quien nada vale, no le envidia nadie.
A solas soy alguien. En la calle nadie.
A todo se acostumbra uno en esta vida, menos a no comer.
A través de la vida la gente te hará enfadar, te faltará el respeto y te tratará mal. Deja a dios que haga las cosas que tenga que hacer, porque el odio en tu corazón te consumirá también a ti.
A un padre siempre hay que ayudarlo. Hace falta enseñarle que la vida es difícil. Si después, como es justo, llegás donde él queria, debés convencerlo de que estaba equivocado y que lo hiciste por su bien.
A veces creo que hay vida en otros planetas, y a veces creo que no. En cualquiera de los dos casos la conclusión es asombrosa.
A veces en la vida hay que saber luchar no sólo sin miedo, sino también sin esperanza.
A veces pienso que la prueba más fehaciente de que existe vida inteligente en el universo es que nadie ha intentado contactar con nosotros.
A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
A veces sucede así en la vida: cuando son los caballos los que han trabajado, es el cochero el que recibe la propina.