A manos frías, corazón ardiente.
A veces, lavándonos las manos, nos ensuciamos la conciencia.
Algún día la ciencia puede llegar a tener la vida del hombre en sus manos y, haciendo estallar el mundo la especie humana puede incurrir en un suicidio colectivo.
Algunos hay que parecen zurdos de las dos manos.
Amo el desvarío de tus manos y las montañas de sueño que me tocan: alas para borrar mi aquelarre de mundos que no entiendo.
Aquel que ha tocado el cielo con las manos… ¿cuánto medía?.
Atesoro lo humano cuando tiendo las manos a favor del encuentro...Por la cosa más pura con la cual me alimento, por mi pan de ternura, con las alas del alma, desplegadas al viento.
Cobíjame en tus manos cariñosas y ampárame en tus besos.
Cómo decir, amor, en qué momento te rompes dulcemente entre las manos, sin quejas, sin recuerdos, sin arcanos y tal vez sin temor ni sufrimiento.
Cómo es que cuando quiero un par de manos también me traen un ser humano.
Con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos.
Construyamos con nuestro corazón lo que a otros se les hace difícil construir con sus manos.
Cuando un poeta canta estamos en sus manos: él es el que sabe despertar en nosotros aquellas fuerzas secretas; sus palabras nos descubren un mundo maravilloso que antes no conocíamos.
Cuánto temple en el gesto, cuánto enigma, cuánto fuego rodeándole las manos, los ojos y la boca, cuánta palpitación votiva.
Cuerpo de la mujer o mar de oro donde, amando las manos, no sabemos, si los senos son olas, si son remos los brazos, si son alas solas de oro.
Dios mira las manos limpias, no las llenas.
El cemento armado es una musa honesta y útil, y quizá en manos de un arquitecto genial sería admirable; pero cuando se desmanda y se siente atrevida, como una cocinera lanzada a cupletista, hace tales horrores, que habría que sujetarla y llevarla a la cárcel.
El día de tu muerte sucederá que lo que tú posees en este mundo pasará a manos de otra persona. Pero lo que tú eres será tuyo por siempre.
El futuro no está en nuestras manos. No ejercemos poder sobre él. Sólo nos queda actuar, aquí y ahora.
El hombre es inteligente porque tiene manos.
El hombre no ha nacido para tener las manos amarradas al poste de los rezos. Dios no quiere rodillas humilladas en los templos sino piernas de fuego galopando, manos acariciando las entrañas del hierro, mentes pariendo brasas, labios haciendo besos. Digo que yo trabajo, vivo, pienso y que esto que yo hago es un buen rezo, que a dios le gusta mucho y respondo por ello. Y digo que el amor es el mejor sacramento, que os amo, que amo y que no tengo sitio en el infierno.
El libro es una criatura frágil. Sufre el paso del tiempo, el acoso de los roedores y las manos torpes, así que el bibliotecario protege los libros no sólo contra el género humano sino también contra la naturaleza, dedicando su vida a esta guerra contra las fuerzas del olvido.
El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento.
En pleitos de hermanos, no metas las manos.
En tus manos soy mar incontenible, horizontales anhelos, hembra previsible ante la presencia de innumerables goces.