Quítame la vida... Pero no tus besos, róbame la lluvia, pero no me niegues agua de tu cuerpo.
Te me has aparecido en sueños, tu voz era una lluvia refrescante, tu boca una fruta madura.
Una buena gran parte del arte del bien hablar consiste en saber mentir con gracia.
Y si por algo es triste la lluvia que no llueve será porque es la lluvia condenada a ser nieve