La lluvia obstinada y fría de aquella tarde brumosa, ¡Desbarató muchos nidos y deshojó muchas rosas!
Se marchó bajo la lluvia. Sin decir palabra. Sin mirarme. Y me cubrí la cara con las manos. Y lloré.
Y si por algo es triste la lluvia que no llueve será porque es la lluvia condenada a ser nieve.
El amor es como una guerra, fácil de iniciar, difícil de terminar, imposible de olvidar
Mejor aplicar el llanto siempre que sea posible, como la medicina antigua aplicaba la sangría.