La esperanza es una cosa buena, quizá la mejor de todas, y las cosas buenas nunca mueren.
La mejor defensa contra la mala literatura es una experiencia plena de la buena.
La muerte llegará, al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie.
La mujer es como una buena taza de café: la primera vez que se toma, no deja dormir.