No creo que existan reglas sobre los asuntos del amor y la cantidad de compasión que conllevan.
No existe nada bueno ni malo, es el pensamiento humano el que lo hace aparecer así.
No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando los creamos.
No quiero pensar porque no quiero que el dolor del corazón se una al dolor del pensamiento.
No se debe juzgar a los hombres por su fisonomía, sobre todo, sin ponerlos a prueba.