Mi corazón me duele a mí. Y no debiera dolerme a mí, porque no vive de mí, ni vive para mí.
Mira a la derecha y a la izquierda del tiempo y que tu corazón aprenda a estar tranquilo.
Mis críticas son ligeras y sin hiel, porque no la hay en mi corazón, y la detesto en literatura.
Muchas maravillas hay en el Universo; pero la obra maestra de la creación es el corazón materno.
Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón del que amamos.
Ningún poder humano puede jamás violentar el sagrario impenetrable de la libertad del corazón.
No es filósofo quien teniendo una filosofía en la cabeza no la tiene además en el corazón.
No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos.