Examinó el cielo. Las estrellas aparecían desdibujadas, y la luna, borrosa: señal de que se avecinaba lluvia.
Medita en la belleza de la vida. Mira las estrellas y mírate a tí mismo corriendo con ellas.
Ahora los actores somos más parecidos a los seres humanos que las estrellas del cine de antes. Yo no quiero ser ningún ídolo.
Allí está todo lo que necesitas, sol y luna y estrellas, pues la luz que reclamas habita en tu interior.
Ansiaban escaparse de su miseria, pero las estrellas quedaban demasiado lejos.
Aspiras a las libres alturas; tu alma anhela alcanzar el mundo de las estrellas. Más también tus malos instintos ansían la libertad.
Cuando las estrellas bajan, ¡qué triste es bajar los ojos para verlas!.
Cuando siento una necesidad de religión, salgo de noche para pintar las estrellas.
Desde que el hombre existe ha habido música. Pero también los animales, los átomos y las estrellas hacen música.
Duda que sean fuego las estrellas, duda que el sol se mueva, duda que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás de que te amo.
El amor mueve el sol y las estrellas.
Empieza por contar las piedras, luego contarás las estrellas.
Estudia las frases que parecen ciertas y ponlas en duda.
frases de desamor
He sido un hombre que busca y aun lo sigo siendo, pero ya no busco en las estrellas y en los libros, sino en las enseñanzas de mi sangre.
La Fiesta de las estrellas; con mi pelo mojado yo me encuentro a alguien.
La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas.
La luz de las estrellas que se han extinguido hace años todavía nos alcanza. Igual que los hombres ilustres que han muerto hace siglos, que nos alcanzan con las radiaciones de su personalidad.
La noche muestra a las estrellas y a las mujeres bajo una luz mejor.
Las frases no son para analizarlas, si no para aplicarlas en la vida.
Lo admirable no es que existan las estrellas sino que el hombre haya podido dar cuenta de su existencia.
Los países son como las estrellas: pueden resplandecer y brillar siglos enteros después de su extinción.
Medite al atardecer, mirando las estrellas y acariciando a su perro, es un remedio infalible.
Mira a las estrellas, pero no te olvides de encender la lumbre en el hogar.
No hay que pedir peras al olmo, sino estrellas y medallas, cúpulas y lámparas, peces y columnas, guantes y puñales, máscaras y hojas de afeitar.