Viva el buen vino, que es el gran camarada para el camino.
Y lo imposible es posible; el camino largo es fácil, cuando brilla a lo lejos la mirada fugaz bajo el pañuelo, cuando resuena con honda tristeza el canto sordo del cochero.
Yo camino por el mundo. Soy pobre. No tengo nada. Sólo un corazón templado, y una pasión: la guitarra.
Yo sé el camino para poder hallarte. La muerte me ha mirado caminar por sus valles.
Yo soy una parte de todo aquello que he encontrado en mi camino.
¡Qué bellos son los bosques y sombríos!, pero tengo promesas que cumplir, y andar mucho camino sin dormir, y andar mucho camino sin dormir.
¡Sí! te contestaré con alegría desde los intemporales campos celestes por donde camino: Estoy en tu corazón, y ¡qué feliz soy!.