Es absurdo dividir a la gente en buena y mala. La gente es tan sólo encantadora o aburrida.
Es pueril preguntarse dónde van las cosas y la gente. No van a ninguna parte y han llegado.
Es un tipo de esnobismo espiritual lo que hace a la gente pensar que pueden ser felices sin dinero.
Hablar con mucha cortesía a veces conquista y otras empalaga.